jueves, 1 de agosto de 2013

FEREDE critica la celebración de un “funeral oficial confesional” y urge a actualizar los protocolos del Estado

La entidad protestante observa falta de sensibilidad por parte de la Administración hacia la pluralidad de creencias religiosas de los ciudadanos y la vulneración de los principios de neutralidad religiosa y laicidad del Estado
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Su Alteza Real, el príncipe Felipe, se inclina ante el arzobispo de Santiago, Monseñor Julián Barrio, quien presidiría luego el funeral oficial. FEREDE urge a la actualización de los protocolos para actos oficiales del Estado. | + ampliar
(Redacción, 31/07/2013) La Federación de Iglesias Evangélicas de España (FEREDE)*, representante del protestantismo ante el Estado español, ha criticado la celebración de un “funeral oficial confesional” en homenaje a las víctimas y familiares afectados por el trágico accidente ferroviario de Galicia.
En una carta enviada este lunes al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo y al presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, además de a otros líderes políticos e institucionales, FEREDE observa falta de sensibilidad por parte de la Administración hacia la pluralidad de creencias religiosas de los ciudadanos y la vulneración de los principios de neutralidad religiosa y laicidad del Estado.
EL ACTO "OFICIAL" DEBE SER ACONFESIONAL
ferede-2-0-gif“Si [el funeral] es oficial debería ser, al menos por sensibilidad ciudadana, aconfesional, lo cual no va reñido a que antes o después se puedan oficiar otros actos civiles o religiosos propios de la confesión o creencias de los fallecidos,sin carácter oficial (...) la celebración de un “Funeral oficial confesional” vulnera la neutralidad religiosa que consagra nuestra Constitución, así como el principio de laicidad del Estado que, sin ir más lejos, el propio Papa Francisco acaba de defender estos días en su visita a Brasil”.
Con esto queda también implícitamente claro que, para FEREDE, la celebración de un homenaje cívico como el previsto para esta tarde en Galiciasin carácter oficial, sin presencia de los Reyes ni de las más altas autoridades del Estado, carente de mayor significación institucional, no responde a sus críticas ni a las que, en este sentido, también se han expresado desde otros sectores de la sociedad.
ACTUALIZAR LOS PROTOCOLOS DE LA ADMINISTRACIÓN DEL ESTADO
No es la primera vez que la federación protestante insiste en la urgencia de actualizar los protocolos de las Administraciones del Estado para que situaciones irregulares y anacrónicas como ésta dejen de ser lo habitual y que, en los actos oficiales organizados por el Estado, se garantice la neutralidad religiosa que consagra la Constitución.
“Urge actualizar los protocolos de las Administraciones del Estado, de modo que la participación de personalidades civiles o religiosas en un acto como este, permita a todos ellos estar presentes en condiciones de igualdad, junto a otras instituciones que vertebran, componen y representan la vida social y cultural de nuestro país”.
FEREDE también lamenta que, en contra de lo que cabría esperar, “unas circunstancias especialmente dolorosas como las que nos convocan, sirvan para hacer visible y reafirmar una vez más la confesionalidad encubierta de las instituciones del Estado, tantas veces denunciada, tantas veces ignorada, tantas veces negada”.
MENSAJE DE CONDOLENCIAS
Previamente, al día siguiente del accidente, FEREDE había hecho llegar al presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, un comunicado expresando las condolencias y la solidaridad de los evangélicos españoles para con las víctimas y familias afectadas. Comunicado que fue respondido al día siguiente desde la oficina de Presidencia de la Xunta.
En cuanto a la carta referida en esta nota, con las críticas por el funeral confesional católico, hasta el momento FEREDE no ha recibido ninguna contestación.
>> Descargar la carta en formato pdf.
(*) La Iglesia Española Reformada Episcopal (IERE) es miembro fundador de FEDERE
Fuente: FEREDE | Redacción: Actualidad Evangélica
Edición: Gabinete de Comunicación Iglesia Anglicana de España (IERE)

2 comentarios:

  1. Estos gestos (genuflexiones, besamanos, doblamiento de cerviz, etc.) no son solo extemporáneos y anacrónicos, valga la redundancia, si no que hablan mucho y mal de los "actores", tanto de quienes se humillan como de quienes sin representar a ningún poder del Estado, se gozan y glorían de ver a las legítimas autoridades postradas a sus pies. URGE acabar con estos ridículos espectáculos y poner cada cual en su sitio. Si el Jefe del Estado o de Gobierno quiere besarle el culo al obispo de turno ¡que lo haga, coño! pero en privado y a título personal, no como representante del pueblo español.

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    1. La confesionalidad de un Estado no es un hecho histórico al margen del propio desarrollo del protestantismo. La Reforma devolvió al poder político la autoridad política. Esto en el Occidente medieval se había perdido: la Iglesia Romana ostentaba toda la autoridad, tanto la eclesiástica, como la civil.
      Por ello, porque en los países protestantes se regresó a la paridad Iglesia-Estado, es por lo que, a pesar de la Revolución Francesa, se ha mantenido la representación eclesial del Jefe del Estado en la mayoría de las constituciones parlamentarias europeas, sean monárquicas o republicanas: el Reino Unido de la Gran Bretaña, el Reino de Dinamarca, el Reino de Suecia, el Reino de los Países Bajos o la República de Islandia (véase el caso ortodoxo de la República de Grecia), por poner algunos ejemplos.
      Nosotros, como anglicanos, estamos en la banda de la Reforma Protestante Moderada, ¿por qué habríamos de abandonar ahora, después de 500 años, nuestra forma de ser y transformarnos en algo tan extraño como un 'evangelical'? Para nosotros, el Estado es un aliado, no un enemigo.
      A efectos prácticos, en el funeral oficial "católico" de Santiago de Compostela, yo personalmente me siento identificado, aunque no esté representado. Porque para mí, en aquella manifestación política y religiosa, se ha conseguido expresar la condolencia de toda la Nación a las víctimas de la tragedia. Y eso es lo que prima. Otras consideraciones al respecto son mezquinas.

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